Ciudades Intermedias: nueva esperanza para la vida urbana
Más del 60% de la población urbana del mundo vive en ciudades de menos de 1 millón de habitantes. Y es una tendencia al alza, según atestigua Naciones Unidas. Las llamadas ciudades intermedias elevan su voz para reivindicar el protagonismo que les corresponde en el desarrollo urbano sostenible de las próximas décadas. Son estas ciudades las que conectan el hecho urbano con el rural y donde se reequilibran las potencialidades de un país
Desde hace varios años atrás las ciudades se han convertido en un espacio multidimensional en donde convergen las diversas actividades económicas que se encuentran atravesadas por novedosas formas de vinculación en términos sociales, laborales, institucionales y tecnológicos. El proceso de enorme crecimiento urbano a escala global consolidó a las ciudades como motores de la economía mundial, demandando una importante cantidad de nuevos recursos y exigiendo a la vez determinados niveles de profesionalización, por lo que la atracción de inversiones y de talentos se han ido convirtiendo en una de las fuentes necesarias para el desarrollo de las ciudades.
Esta experiencia se repite una y otra vez en las grandes urbes y ciudades capitales que mantienen un gran posicionamiento a nivel internacional… pero, ¿Qué sucede con las ciudades intermedias?
Las ciudades intermedias son esos espacios urbanos donde todo confluye, donde todo se integra y fundamentalmente donde el mundo urbano y el mundo rural se conectan de manera constante. Además, la gobernanza en las ciudades intermedias se encuentra en constante cambio, lo cual se plasma en los nuevos esquemas de proximidad y de interacción entre la ciudadanía y el gobierno local que dan cuenta del avance frente al desafío de la democratización y de la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones.
En este sentido y dada esa proximidad, son las ciudades intermedias y sus gobiernos los que han demostrado ser la primera línea de combate frente a la pandemia, con la compleja tarea de encontrar respuestas locales a una crisis global sin precedentes. Así, pensar el crecimiento económico post-pandemia desde el desarrollo sostenible supone un desafío para los gobiernos locales a la hora de ser innovadores frente a las comunidades. En esa tarea, la gestión asociada junto a las Universidades Públicas, las empresas del sector tecnológico, los ecosistemas emprendedores y a otros actores de la sociedad es fundamental para la generación de políticas públicas que apunten al desarrollo.
Más del 60% de la población urbana del mundo vive en ciudades de menos de 1 millón de habitantes. Y es una tendencia al alza, según atestigua Naciones Unidas.
En línea con el Pacto para el Futuro de la Humanidad adoptado por los y las electas locales en la Cumbre Mundial de Líderes Locales y Regionales en la Cumbre Mundial de Daejeon del 2022 con sus tres ejes: personas, planeta, y gobierno, los gobiernos locales tenemos un papel clave que desempeñar en la transición de una sociedad productiva a una sociedad creativa, solidaria y sostenible, poniendo en el centro de la escena a las personas y el planeta. Asi pues, resulta vital que los avances de la 4ta revolución industrial-tecnológica se encuentren al servicio de las comunidades locales, conciliando la competitividad con la cohesión territorial para fomentar un futuro próspero de trabajo decente en la era digital.
A su vez, las ciudades intermedias reunidas reconocieron que el período de crisis COVID y post-COVID ha intensificado la presión sobre las ciudades, pero que también ha permitido redefinir un sistema de vida basado en el cuidado y la vida saludable, mediante el acceso universal a la sanidad, los sistemas alimentarios y unos patrones de trabajo más sostenibles, y que, en esa tarea, las ciudades intermedias son espacios que ofrecen nuevas perspectivas de salud, prosperidad y cuidado. Las ciudades intermedias se han posicionado en la escena internacional como lugares de sistemas de vida, donde el cuidado de los recursos naturales en respecto del entorno natural de vida, toma cada vez más importancia en la agenda global y las nuevas prácticas agrícolas, en donde el foco es el cuidado de los recursos no renovables como la tierra y el agua, coexisten con modelos productivos dominantes más capitalistas. Así, aparece un colectivo productor que se ocupa de producir los alimentos para los medios urbanos desde una perspectiva basada en la sustentabilidad, creando lazos identitarios con el territorio y generando un camino posible hacia la soberanía alimentaria.
Tanto los espacios periurbanos como los pueblos rurales cercanos a los centros urbanos de las ciudades intermedias, se convierten en territorios que alimentan, y ponen en un lugar de relevancia aspectos inherentes a la seguridad alimentaria. Las personas como consumidores demandan cada vez más alimentos saludables, entendiendo como tales aquellos que se originan sin químicos de ningún tipo, así aparecen los mercados de proximidad con la lógica de circuitos cortos de comercialización “del productor al consumidor” y las ferias urbanas como espacios colectivos de productores y productoras se hacen cada vez más presentes en todas las ciudades.
Desde el Pacto para el Futuro de la humanidad, el hecho de promover sistemas alimentarios sostenibles e inclusivos gestionados por todas las esferas de gobierno se hace esencial para asegurar el acceso y la calidad de los alimentos y garantizar un trabajo decente y una remuneración justa para todos basándose en el respeto de los principios de subsidiariedad teniendo en cuenta los riesgos de la transformación digital será imprescindible para garantizar no dejar a nadie y ningún lugar atrás.
Fuente: Foro Ciudades Intermedias | Tandil, Provincia de Buenos Aires, Argentina